La salud en algunas mujeres se ve postergada por múltiples razones, restándole importancia terminando después en enfermedades complejas, crónicas o permanentes. Afectando la calidad de vida y el bienestar general de cada una de nosotras.
La auto-percepción de bienestar o contrariamente de alteraciones, es una capacidad en la que pocas veces tenemos certeza de estar en lo correcto, nuestro cuerpo “nos habla” y habitualmente no reconocemos ciertos signos o síntomas, otras veces se menciona que tendemos a “somatizar” enfermedades que no han sido identificadas o afecciones del ámbito de la salud mental tales como el stress, que en el caso de las mujeres es estigmatizada e infravalorada y que al manifestarse encubren otras como de tipo endocrinológicas y que para nosotras las mujeres con frecuencia afectan la salud menstrual.
Es importante que conozcamos nuestro cuerpo, y en el caso del sexo femenino, valoremos nuestros ovarios, lo relevante y trascendental de su presencia y funcionamiento normal en nuestra trayectoria vital.
Más allá de su función reproductiva, es necesario que agreguemos en la conciencia colectiva, que nuestros ovarios sostienen gran parte de nuestra calidad de vida, desde lo funcional, lo fisiológico y de forma coordinada con el sistema neuroendocrino.
Mujeres sanas fundan y replican sociedades, entornos y familias sanas, promover la acción por el cuidado de la salud femenina, es un propósito global, liderado también por la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos, proclamando el 28 de mayo, como el «Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres», como recordatorio fundamental para abordar y prevenir las múltiples causas de enfermedad y muerte que afectan a las mujeres.