Ni el interés, ni la actividad sexual desaparecen con la edad
El aumento de esperanza de vida, nos debe permitir también disfrutar más tiempo y con mayor calidad de la vida, incluido el placer sexual. Sin embargo, a partir de los 50 años, la sexualidad se encuentra influida por varios cambios de tipo fisiológicos, socioculturales y psicológicos que pueden contribuir a frenar o interrumpirla.
El comportamiento o la forma de expresar la sexualidad en la edad avanzada es muy diferente de unas personas a otras, por lo que, al enfrentarse a alteraciones, es necesario reconocerlo y abordarlo sin vergüenza ni pudor, porque el placer en las distintas formas posibles, nos permite disfrutar de la vida de forma saludable y en plenitud.
La respuesta sexual depende de varios factores Los más relevantes en la mayoría de las personas, son los factores físicos, que se reflejan claramente según la edad y el ciclo vital en el que nos encontremos. Aunque habitualmente existe una disminución progresiva del interés sexual a lo largo de la vida, la edad por sí sola no tiene un efecto deletéreo sobre el deseo sexual, sino que son aspectos del ámbito de la psicología, emocionales, relacionales, sociales y culturales, los que influyen en la persistencia de deseo y el bienestar sexual durante nuestras vidas.
En las mujeres, la menopausia por sí sola no altera el potencial de la mujer para desear, excitarse, sentir orgasmos, placer y satisfacción sexual. Pueden presentarse patologías ginecológicas que generen alteraciones anatómicas en los órganos genitales, como en el caso del útero y los miomas uterinos, que dependiendo de la ubicación de algunos podrían provocar dolor durante el coito y también el aumento del volumen uterino por esta misma afección – la miomatosis – se asocia a peores resultados en el FSFI (sigla en inglés del índice de función sexual femenina.)

Factores interpersonales, la salud general, es determinante en el mantenimiento de la actividad sexual y de la satisfacción sexual. Los problemas sexuales pueden ser consecuencia de una enfermedad crónica, porque hay ocasiones que el abandono voluntario de tratamientos farmacológicos se produce a causa de los efectos secundarios que producen sobre la esfera sexual, con las repercusiones que de ello deriva en las patologías de base como cardiopatías, hipertensión y otras.
En el caso de las mujeres adquiere especial relevancia el insomnio, sobre todo en el periodo de climaterio interfiriendo de manera muy negativa en su calidad de vida y por tanto en su vida sexual.

La salud sexual de la pareja. Los trastornos sexuales de uno de los miembros de la pareja determinan el deterioro de la vida sexual en común. Aunque existan tratamientos efectivos, los motivos de no buscar tratamiento los podemos encontrar en la esfera de las creencias erróneas, pensar que ya se ha llegado al final de la vida sexual. Las evidencias sobre el hecho que al hacernos mayores la respuesta sexual se verá disminuida, no significa necesariamente que estemos “condenadas” a la insatisfacción sexual.
Cuando aparecen alteraciones, las personas deben asesorarse y buscar revertir las condiciones de falta de deseo y respuesta sexual, aprender técnicas que faciliten la satisfacción mutua o individual y seguir disfrutando de una vida sexual en la segunda mitad de la vida (después de los 50 años) conforme a sus expectativas reales.
¿Hay algo que pueda hacer por mi cuenta para mejorar mi problema sexual? Por supuesto que sí, además de informarse de una fuente validada, hablar con su pareja y a acudir para asesoramiento profesional especializado.
Por ello te ofrezco atención, agenda una cita para consejería en sexualidad y podremos conversar y resolver tus necesidades. Te espero.